lunes, 28 de noviembre de 2016

LA BATALLA DE CLAREMONT ROAD


El fotógrafo sudafricano Gideon Mendel tituló el reportaje que realizó en 1994 sobre la protesta ciudadana contra la construcción de una autopista en un distrito de Londres «La batalla de Claremont Road».

Los preámbulos de esa batalla fueron los siguientes. En los años 90 del pasado siglo, las autoridades del Departamento de Transporte de Londres diseñaron una carretera de desvío, conocida como M-11, cuya construcción implicaba el derribo de 350 casas, con el consiguiente desplazamiento de las personas que allí habitaban, y la tala de un bosque. Ahorrarse seis minutos de trayecto en coche costó todo eso. ¡Ah, y 240 millones de libras!

El proyecto contó con el decidido rechazo de los afectados y de todo tipo de activistas que acudieron en ayuda de los árboles y de los vecinos. Unos y otros resistieron todo lo que pudieron ante el avance de las excavadoras que poco a poco fueron abriendo camino, derribando edificios, desalojando vecinos y cortando árboles. Al poco tiempo solo resistían un puñado de casas en Claremont Road. Allí se libró la batalla final que por supuesto perdieron los activistas, los árboles y los vecinos. 

Lo notable de la batalla fue que en ella se desarrollaron una serie de estrategias de resistencia inéditas. Lo más importante: fue una resistencia pacífica, creativa e imaginativa en la que se mezclaron manifestaciones artísticas con propuestas urbanísticas. Alguien definió esta última batalla como una performance continua. Muchos artistas acudieron al lugar en un intento de alcanzar el viejo anhelo vanguardista de reconciliar el arte con la vida. 

En los momentos de descanso, los activistas jugaban al ajedrez con juegos fabricados por ellos mismos con objetos rescatados de la basura.

No sorprenderá saber que, al poco tiempo de inaugurada, la carretera de desvío M-11 se colapsaba a diario. ¡Ya hacía falta otra carretera! And so on.


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